Cómo ganar enemigos y cómo evitarlo

Ganar enemigos es muy fácil hoy en día. Sólo basta con revisar las redes sociales y podemos notar cómo personas que no se conocen, se vuelven enemigas.

El principio que vamos a revisar nos asegura evitar discusiones (o desacuerdos como discutimos en el post anterior).

Sin embargo, es necesario cambiar actitudes que se nos han impuesto desde la infancia.

¿Cuántas veces nos han dicho que estamos equivocados? ¿O nos han insinuado que lo estamos? ¿Qué lo que estamos diciendo o haciendo está mal?

Creo que sería muy difícil de encontrar una persona a la que nunca le hayan dicho esto.

Y lo más sorprendente es que la mayoría pensamos que no tiene ninguna consecuencia corregir a otra persona, cuando sabemos que lo que está diciendo está mal.

El autor del libro, Dale Carnegie, nos pone a meditar un poco y nos pregunta: ¿Cómo nos hemos sentido cuando alguna persona nos dice: No, eso no es así; lo que usted dice no es correcto; etc?

Nuestra reacción, probablemente, va a ser de querer justificarnos y confrontar a la otra persona. Sentimos que nos están tratando de ignorantes o que la otra persona se cree superior a nosotros. ¿Cierto?

Entonces, ¿Cómo una persona con esos sentimientos, a la que le hemos “lastimado” el ego, va a querer colaborar con nosotros?

El principio #2 para ganar personas a nuestra manera de pensar es: Respete las opiniones de los demás. Nunca diga que la otra persona está equivocada.

Si queremos ganar enemigos, lo que tenemos que hacer es corregir a todas las personas con las que hablamos y siempre demostrarles que están equivocadas.

Ahora bien, ¿Cómo podemos evitar ese comportamiento?

El autor menciona que Benjamin Franklin (uno de los llamados Padres Fundadores de Estados Unidos), cambió las palabras que insinuaban una posición autoritaria o una opinión definida, por frases que promovieran el diálogo.

Por ejemplo, en lugar de utilizar frases como: sin duda alguna, ciertamente, definitivamente, etc. Comenzó a utilizar: Imagino qué, según entiendo, yo concibo que, etc.

El autor también nos recomienda dejar claro a la otra persona, que es posible que estemos equivocados, por lo tanto, nos facilita la siguiente frase: Tenemos puntos de vista diferentes, y puedo estar equivocado, usualmente lo estoy, y de ser así, me gustaría ser corregido. ¿Podríamos revisar los hechos?

Si comenzamos un desacuerdo con esa frase, la otra parte no debería de sentirse atacada, puesto que estamos siendo claros diciendo que frecuentemente nos equivocamos.

Muchos pensarán que decir que con frecuencia nos equivocamos podría traernos consecuencias, a nivel laboral especialmente. Sin embargo, es la verdad.

Nos equivocamos todos los días en alguna actividad específica. Se nos olvida el almuerzo, tomamos una salida incorrecta cuando conducimos, mal interpretamos comentarios, etc.

No seamos tan estrictos y reconozcamos ante los demás que nos equivocamos, esto nos va a facilitar el diálogo con los demás y si al final estábamos en lo correcto no va a haber resentimiento de parte de la otra persona.

Por lo tanto evitamos enemigos y ganamos partidarios a nuestra causa.

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Referencias:
Libro Cómo ganar amigos e influenciar a las personas:
Versión en inglés. Versión digital.
Versión en español. Versión digital.

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