Una de las características que nos define es que somos egoístas, nuestro interés se reduce a una persona: “Yo”.
¿Se han puesto a pensar quién es la persona que más nos interesa? Podemos tener personas que amamos y que nos importan mucho en nuestras vidas, pero los reto a hacer la prueba del autor del libro, Dale Carnegie: ¿En una foto grupal, en la que salimos, a quién buscamos de primero?
Sí, a mí también me sorprendió saber que siempre me voy a buscar yo primero inconscientemente.
Sin embargo, no podemos tener ese pensamiento si deseamos influenciar a las personas. Inclusive, si queremos tener amigos que valgan la pena, pensar en el interés propio solo nos va a conducir a la soledad.
Pensemos en un ejemplo, estamos en el trabajo, concentrados en varias tareas que tenemos que entregar al final de la semana. De pronto un colega nos pide ayuda de la siguiente manera:
Necesito terminar este reporte para mañana, me gustaría que me ayude a obtener una información que me urge, ya que, si lo entrego a tiempo puedo mejorar la relación con el jefe.
Estoy casi seguro que 9 de cada 10 personas van a negarse a esta solicitud. ¿Por qué? Simple, la persona sólo demostró interés en ella misma, nunca preguntó cómo estábamos, si estábamos ocupados. Todo giró en torno a lo que la persona necesitaba y nunca tomó en cuenta que nos interesaba a nosotros.
Veamos el mismo ejemplo, pero con pequeños cambios. Esto no significa que siempre vamos a obtener una respuesta positiva, pero por lo menos suena más amable y cordial:
Buenos días, mi nombre es X, espero se encuentre bien. Uno de los reportes que se deben presentar no está completo y creo que usted es la persona indicad. Ya que, con su experiencia en la compañía y su conocimiento en este tema, es posible que usted tenga acceso a la información faltante. Nuestro jefe estaría muy complacido al ver que logramos completarlo a tiempo. ¿Podríamos reunirnos por un corto período de tiempo cuando esté disponible?
¿Pueden notar el cambio?
Ahora bien, el autor de libro es enfático en que tenemos que ser genuinos en nuestras palabras, si sólo lo hacemos para sacar ventaja de las personas, no va a funcionar.
Este es el principio #1 para agradarle a las demás personas: Mostrar un interés genuino hacia las demás personas.
Mostrar interés en los demás es fácil. Basta con decir buenos días, ser cordial, saludar, decir por favor y gracias. ¿Cuántos de nosotros saludamos amablemente a las personas de seguridad en nuestras empresas? ¿O a las personas que se encargan de la limpieza?
Pensemos también en cajeros de supermercados, las personas que atienden en las tiendas, etc. Pensamos que somos superiores a los demás y esto no debería ser así.
La próxima vez entablemos conversaciones amables con las personas, cuando entremos a una tienda preguntemos cómo se encuentra la otra persona, que tal a estado el día, qué opina del artículo que pensamos comprar, pero hagámoslo con un interés real.
Digámosle a las personas qué nos llama la atención de ellas, en qué áreas pensamos que son extraordinarias, qué nos sorprende de la forma de ser o la forma en que trabajan. Pero siempre siendo honestos y sinceros.
Cuando regresemos a la tienda o nos encontremos con las personas de seguridad o limpieza les aseguro que se van a acordar de ustedes y los van a tratar de una forma diferente a los demás.
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Referencias:
Libro Cómo ganar amigos e influenciar a las personas:
Versión en inglés. Versión digital.
Versión en español. Versión digital.